El nombre “nevera” tiene su origen en España y data de mucho antes de que se inventaran los sistemas de refrigeración mecánica o eléctrica. En esa época, la nevera era un aparador de madera que contaba con una capa de corcho o piel, que oficiaba como aislante. En este mueble se colocaba la nieve que permitía conservar a una temperatura menor a la ambiental los alimentos. Fue en 1876, que un ingeniero alemán llamado Carl Von Linden inventó y patentó la primera versión de la nevera tal y como la conocemos hoy día.
En el siglo XIX se desarrollaron numerosos avances basados en dejar evaporar el gas licuado, lo cual hacía que descendiera la temperatura. Se condensaba el vapor mediante presión y se dejaba evaporar reiteradamente, el calor entonces se bombeaba fuera del refrigerador, dejando así el espacio a baja temperatura.
Al principio, las neveras eran utilizadas de manera exclusiva en la industria dado su tamaño así como la peligrosidad que presentaba el amoníaco. Fue a partir del siglo XX que las neveras tuvieron su lugar en los hogares. De todos modos, se necesitaba contar con un gran espacio en la casa ya que los compresores iban conectados a motores externos.
En el año 1923 la empresa Frigidaire puso en el mercado la primera nevera compacta. En esa época comenzaron a comercializarse las primeras unidades de acero y porcelana. El funcionamiento se basaba en la combustión, ya que no todos los hogares contaban con suministro eléctrico. Esto beneficiaba la utilización doméstica del aparato, pero no así la calidad.
Las neveras utilizaban gases tóxicos refrigerantes tales como el amoníaco.
Lamentablemente se ocasionaron numerosos accidentes al filtrarse alguno de esos gases fuera del artefacto.
Avances en la primera mitad del siglo XX
En Estados Unidos se realizaron investigaciones para encontrar un método de refrigeración que no supusiera tanto riesgo y así se descubrió el gas Freón. Su incorporación en los compresores de las neveras se estableció como estándar en muy poco tiempo. En la década del 30, aparecieron los congeladores con la integración de los compartimientos para cubos de hielo. Si bien esto hizo que mucha gente empezara a conservar la comida congelada, la producción masiva de estos artefactos tuvo lugar pasada la Segunda Guerra Mundial. Entre la década del 50 y del 60, se introdujo el descongelado automático.
La problemática ambiental
En las décadas del 79 y el 80, surgió la problemática ambiental. Los gases utilizados se concentraban en la atmósfera y dañaban la capa de ozono. Luego de este triste descubrimiento, se alertó a la comunidad política, científica y a la población en general mediante la divulgación de la noticia de manera masiva en los medios de comunicación.
La solución del problema
En 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, lo que impulsó el cambio progresivo de las sustancias tóxicas por otras menos nocivas. A partir de la década del 90, todas neveras comercializadas a nivel mundial cumplieron con este acuerdo en pos del resguardo del medio ambiente.
¿Cuál es la importancia de la nevera hoy?
En la actualidad las neveras son uno de los electrodomésticos más utilizados. Podría decirse que todo hogar cuenta con una, al menos en los países con un buen desarrollo. Su uso ha beneficiado notablemente la capacidad alimentaria de la población, garantizando la ingesta de productos frescos, que no podrían soportar la temperatura ambiente sin descomponerse. Por otro lado, también permite hacer ajustes en la economía hogareña, permitiendo conservar los restos de las comidas para su reutilización en vez de tener que tirarlas.