Un día de octubre del año 1945 miles de personas se abarrotaron ante la entrada de una tienda de Nueva York para adquirir el primer bolígrafo de los Estados Unidos. El día anterior Gimbels había ocupado una página entera en el New York Times anunciando “un milagroso lápiz que podía escribir durante dos años sin necesidad de ser recargados.” Durante el primer día se consiguió vender todo el inventario que consistía en diez mil bolígrafos.