El ajedrez es uno de los juegos más antiguos de la humanidad. Se desconoce a ciencia cierta quién estuvo a cargo de su creación, no existen registros al respecto. De todos modos, con el correr de los años, se ha podido estimar dónde tuvo lugar su origen. Se cree que surgió en la India hace mil quinientos años.
Partiendo de esta creencia, basada en hallazgos arqueológicos, se supone que de allí pasó al territorio Persa. Se asocia la transmisión de este juego a la antigua ruta de la seda. De los persas habría pasado a los musulmanes y de allí a Europa.
Existen además otras teorías sobre el origen de este antiguo juego. Hay quienes lo asocian con el xiang qi, que se continúa jugando en China en la actualidad. Otra hipótesis consiste en referirse a Egipto como la cuna del ajedrez. En ninguno de estos casos existen restos de piezas que validen las teorías.
Ahondaremos entonces en el postulado que señala a la India como el lugar de origen del ajedrez. Para ser totalmente fieles a la historia, debemos aclarar que no era este el nombre original del juego. En la India, alrededor del siglo VI, se lo conocía como chaturanga. Al evolucionar junto a los persas, su nombre pasó a ser shatranj. Fue al llegar a territorio europeo que esta voz se convirtió en la voz española ajedrez.
El nacimiento del ajedrez moderno
Así como su nombre sufrió cambios con el correr de los años y el cambio cultural, también lo hicieron las bases de este juego. La disposición de las piezas no era la misma así como los movimientos asignados a cada figura. A fines del siglo XV se introdujeron los cambios definitivos que llevaron al ajedrez a ser tal y como lo conocemos en la actualidad.
El peón, que hasta el momento podía dar un sólo paso inicial, comenzaría a dar dos. El alfil que podía saltar únicamente dos casillas en diagonal, comenzaría a poder hacerlo a cualquier distancia. Y por último, pero no por ello menos importante, los cambios en cuanto a la figura de la reina. Hasta entonces, la reina o dama podía moverse de a una casilla en diagonal. Un movimiento totalmente restrictivo que la convertía en una de las piezas más débiles del tablero. A partir de ese momento, la reina podría moverse en cualquiera de las ocho direcciones, dotándola de gran importancia.
Hay numerosas leyendas que hacen referencia al origen del ajedrez como producto del ingenio de alguien para entretener a un rey aburrido. Ya podemos descartar esta posibilidad con todo lo antedicho, pero lo cierto es que sí fue pensado para divertimento de la nobleza. Con los cambios introducidos en el ajedrez, este comenzó a hacerse más y más popular. Lo jugaba la población en espacios públicos, en bares y posteriormente en clubes.
Torneos de ajedrez
A mediados del siglo XIX comenzaron los primeros torneos internacionales reglamentados. A raíz de esta experiencia fue que se introdujo el límite de tiempo por jugador. Al no tener reglas en cuanto a este factor, se dio la situación de que ciertos jugadores se tomaran horas para pensar su siguiente jugada especulando con el límite de paciencia de su contrincante.
Los primeros relojes en utilizarse fueron los de arena.
En el año 1851, en Londres, tuvo lugar el que se considera como primer torneo internacional de ajedrez. Al no existir todavía el límite de tiempo, hubieron partidas de hasta diez horas de duración. Por supuesto que esto implicó el abandono de algunos jugadores por cansancio. El ganador de este torneo fue el ajedrecista alemán Karl Ernst Adolf Anderssen.
Componentes del juego
Para jugar al ajedrez se necesitan dos jugadores que cuenten con un tablero, las piezas y el conocimiento del reglamento y las posiciones. El reloj es prescindible en el caso de una práctica amistosa pero imprescindible en el caso de torneos y competencias. El ajedrez no es un juego de azar sino de táctica y razonamiento, ni los mejores jugadores pueden calcular la cantidad de jugadas posibles.